Un vestido de novia Etíope 3. Sonrisas y lágrimas.

Hace ya una semana que fue la boda, y la verdad es que estoy tentada de contarla cuanto antes, sobre todo, porque sé que hay interés en ver el vestido, pero, lo primero, primero y tengo que contar de mi viaje y estancia a Etiopía. Esta vez apenas 10 días que si bien sirven para recuperar la energía por seguir trabajando por la causa y hacer cosas, apenas da para mucho.

Después de un viaje largo al que ya estoy bastante acostumbrada, me encontré con la grata sorpresa de que en la misión había 4 voluntarios más. David, al que ya conocía por mi visita el verano pasado, un informático joven que a lo tonto ha pasado ya 10 meses en Zway colaborando en el departamento de informática y que por lo que he visto, ha hecho auténticas maravillas en el departamento. Tal es la cosa que este año les han dado categoría universitaria, y el departamento que un día empezó con unos cuantos ordenadores viejos donados por los alemanes, hoy es una facultad y encima los alumnos encuentran trabajos fantásticos incluso antes de terminar el curso. David es una persona ejemplar, totalmente integrado con sus compañeros etíopes hasta el punto de que parece uno más. Bravo por David!!

Estaba También Sandra, una chica también joven con un máster en dirección de empresa que vino por 3 meses y se quedó 6, ella ha hecho filigranas con las 3 tiendas donde los alumnos venden productos confeccionados en la escuela, también las señoras del programa de nutrición venden sus cestos y las niñas de la escuela primaria venden sus bordados. No nos olvidemos, que con ese dinerillo de los bordados, la ropa y los cestos, un enorme grupo de estudiantes y alumnos pueden vivir dignamente mientras estudian, y las madres del programa de nutrición pueden sobrevivir el tiempo que tienen que permanecer en la ciudad alejadas del poblado donde viven normalmente. Pues bien, Sandra que ahora quiere estudiar y trabajar en algo relacionado con la cooperación, ha puesto en orden las tiendas, la contabilidad y la distribución de forma que ahora funcionan como una empresa….Sandrita gran trabajo….

Cuento estas historias para que entiendan el trabajo tan impresionante que los voluntarios pueden desarrollar, y de esta forma animo a más gente a participar en las misiones y labores solidarias donde quiera que estén, no es sólo dinero lo que se necesita, todos podemos aportar con nuestra experiencia y recuerden cuando contaba lo de los jubilados Italianos, que han hecho auténticas maravillas en Zway.

Como contrapartida, las Hermanas Inés, (la enfermera) y Elisa, (supervisora de la escuela primaria) están ausentes por enfermedad y llevan ya varios meses funcionando sin ellas. Hay un médico español por el momento pero ya se verá lo que pasa porque no se prevé que regresen prono.

Y así la vida sigue fluyendo en la misión con altibajos e imprevistos como siempre.

¡Ah! se preguntarán por mi curso de “ pequeñas empresas”: durante una semana di clases a unos 70 alumnos en las que traté de hacerles entender en qué consistía y como empezar una pequeña empresa por su cuenta. La verdad es que le tiempo fue muy corto, y llegamos sólo hasta el estudio de mercado, pero por las presentaciones que hicieron algo les quedó y creo que se divirtieron cuando tuvieron que salir a la ciudad a hacer entrevistas a los propietarios de

El profesor que tienen de business estaba encantado con el ejercicio, y durante la presentación, los otros profesores y alumnos les hacían preguntas para desafiarlos y hacerles recapacitar sobre sus ideas. Bueno, cortito pero educativo al menos.

Volver es siempre un placer, ver los avances los nuevos alumnos, el entusiasmo de todos por aprender, pero tampoco se deja de ver la realidad del país, triste y a veces inexplicable. Durante este corto periodo de tiempo, llegó a la misión una niña nacida prematura, cuya madre murió en el parto, pesaba sólo un kilo, cuando me marché, se estaba recuperando y rezo para que lo haga del todo, como tantos otro

pequeños que se han salvado por los cuidados de las hermanas.

Otro episodio que me dejo de piedra y que me ha rondado la cabeza en muchas ocasiones desde que me fui es el caso de un padre con dos niños pequeños cuya madre había muerto de sida, él mismo tenía sida y tras 15 días cuidando de los niños solo y sin familia con quién dejarlos, sin poder trabajar por tener que cuidar los niños, y sin dinero para comida ni alquiler había venido a la misión para abandonar a los pequeños……………el pobre hombre lloraba desconsolado cada vez que le decía a la hermana que debía abandonar a los niños, y parece, que en la realidad de la sociedad etíope, esto será en realidad lo que va a suceder ya que por lo visto, es un caso frecuente y por lo menos el padre los quiere dar legalmente, en vez de abandonarlos en algún camino a la espera de que alguien los encuentre………ya se pueden imaginar lo que tiene que sufrir un padre al tener que abandonar a sus hijos por no poder alimentarlos, de hecho es una de las pocas veces que he visto a un etíope llorar.

No quiero pintarles de rosa la realidad, pero tampoco quiero dejarles con mal sabor de boca, así que termino con mi vestido y la entrega de premios ,tuvieron una semana para hacerlo, las telas preciosas, como contaba, hechas de seda y con telar( cosa que las hace muy delicadas a la hora de planchar y coser), pero como pueden ver por las fotos,( las de Etiopía no se ve demasiado bien por falta de plancha, pero fíjense en las de la boda) el vestido quedó hecho y perfecto, a pesar de que los hilos que tienen son de mala calidad y los forros también. La entrega de premios todo un acontecimiento en el College para sorpresa y entusiasmo de los alumnos.

Besos

Con Ayinalem,Mahalet, Meseret y Haymanot, las ganadoras del concurso.

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